Gijon me cambio la vida...

Diego Castro visitará por primera vez El Molinón como visitante tras su salida del club el pasado verano. El ex jugador del Sporting, uno de los héroes del ascenso a Primera hace cuatro campañas y también protagonista de las tres permanencias siguientes, cerró sus cinco temporadas como rojiblanco para recalar en el Getafe. El gallego analiza el retorno «al campo donde más disfruté del fútbol».

-¿Cómo valora su regreso?

-Intento no pensar mucho en lo emotivo que será. Es una alegría regresar a El Molinón, pero no deja de ser un partido importante. Hay que afrontarlo con la seriedad que se merece. Los dos equipos estamos a un partido de volver al descenso.

-¿Qué significó para usted su paso por el Sporting?

-Me cambió la vida y por eso estoy muy agradecido al club. No sólo voy a lo profesional, que fue mucho, voy más a los sentimientos.

-¿Qué echa de menos?

-A la gente, los amigos y a mis ex compañeros. He estado muy bien en Gijón, a todos los niveles. Vuelvo con la ilusión de ver a la afición que me lo hizo pasar tan bien sobre el campo, pero lógicamente comprenderé cualquier reacción, porque ahora visto la camiseta rival. Lo que más me preocupó fue el momento de mi salida.

-¿Qué recibimiento espera de El Molinón?

-No depende de mí. Me quedo con su reacción en el último partido que disputé como rojiblanco. Es muy difícil que lleves cinco años en un club y te ovacionen como en aquella despedida la pasada temporada. Dentro de lo que cabe, no se pudo llegar a un acuerdo para renovar. Guardo con mucho cariño aquel momento.

-¿Cómo es su adaptación al Getafe?

-Pensé que iba a ser más difícil, mucho más fría. Llegaba un club por el que habían pasado grandes futbolistas y que hace apenas dos años jugaba competición europea. Me sorprendió que los veteranos del vestuario me lo pusieran todo tan fácil.

-¿Qué tipo de partido espera para el domingo?

-Estará marcado por la igualdad. El Sporting exige mucho en su casa, una de sus señas de identidad. El Getafe tiene otro estilo, pero también trabaja ese factor. Tenemos que igualar su nivel de presión para tener posibilidades.

-¿Cómo ve al nuevo Sporting?

-Me considero un buen aficionado rojiblanco y he seguido todos sus partidos. Al igual que le ha sucedido al Getafe, la balanza estaba siendo injusta porque ambos merecíamos tener más puntos a estas alturas. El fútbol muchas veces te devuelve lo que te ha quitado y los dos equipos saldremos de la zona baja de la tabla.

-¿Su nuevo reto deportivo le hace aspirar a algo más que la permanencia?

-El equipo se está formando y sólo nos falta encontrar regularidad. Por plantilla, podemos pensar más allá de seguir en Primera.

A partir de ahora se vera a un Getafe mejor. Mas vistoso.

 

Empiece por contar las sensaciones de marcar en su debut en el Coliseum.

Una gran alegría. La lesión que sufrí me había cortado justo antes de empezar la temporada. Tenía muchas ganas de sentirme futbolista y jugar. El gol fue el mejor premio y lo celebré con Míchel, con los que me ayudaron a recuperarme y con todo el grupo.

¿Será un antes y un después en su temporada y la del equipo?

Para mí desde luego porque ya estoy recuperado, aunque me falta un punto físicamente. Para el equipo estoy convencido que también. Necesitábamos agarrarnos a algo para ganar un partido y fue ese gol. Sufrimos demasiado por no matar antes el partido, pero ya ha llegado y a partir de ahora trabajaremos más tranquilos.

¿Y a partir de este momento qué esperamos del Getafe?

Se verá un Getafe mejor, más vistoso y rápido. Este es un proyecto lleno de futbolistas que acabamos de llegar y necesitamos un tiempo, pero el equipo está dando pasos hacia delante.

¿Cuáles le faltan por dar?

Estamos haciendo muchas cosas bien. Lo que nos ha faltado es continuidad. El lunes tuvimos momentos buenísimos y acabamos sufriendo. Cuando demos más continuidad al juego seremos mejores.

La siguiente prueba será el millonario Málaga ¿Se puede ganar allí?

Con esa intención iremos, evolucionando y eliminada la ansiedad con el primer triunfo.

Diario digital As. J. A. De la Rosa | 28/09/2011