Diego Castro hizo realidad su sueño de debutar en primera división tres temporadas después de fichar por el filial del Málaga a 2ª A.
Fue en un Málaga-Osasuna el 4 de diciembre de 2005
El veloz extremo despuntaba pegado a la banda derecha de Pasarón, pero se tuvo que ir a 1.200 kilómetros de distancia para luchar por su futuro en el fútbol profesional.El Málaga B se mantuvo en Segunda División esas dos últimas campañas gracias al trabajo de jugadores como Diego.
"En el momento de salir no pensé en nada, pero luego, cuando lo hablé con mi madre, me di cuenta de que sí, de que ya había debutado y que me había ido de casa para eso"
"Aún guardo las camisetas que llevaba cuando nos salvamos esos dos años, también las de algunos jugadores con los que me enfrenté o hasta las de varios compañeros"
"Irme de Pontevedra fue algo que me costó mucho; soy un tipo muy apegado a mi familia, a mis amigos, y ahora me veo recompensado; los primeros meses no paraba de comprar billetes de avión"